contacto@mujerciclica.com

la Doncella

Profundizando en el Síndrome de los Ovarios Poliquísticos

Imagen: PastaFrollla

 

Texto: Dra. Montserrat Catalán Morera

  • Estela: tengo 16 años, y la regla cada dos o tres meses desde hace tres años. Me han hecho una ecografía y me han dicho que tengo ovarios poliquísticos y un comentario de que posiblemente no pueda tener hijos. ¿Qué puedo hacer?

 

  • Carmen: tengo mucho vello en la cara, en el pubis se me extiende… paso mucha vergüenza. Me han dicho que es debido a que mis ovarios son poliquísticos. ¿Qué puedo hacer?

 

  •  Belén: Hace un año que hemos decidido poder tener hijos y no vienen. Me han derivado a una consulta de esterilidad y me dicen que es debido a que mis ovarios son poliquísticos. ¿Qué puedo hacer?

 

¿De qué estamos hablando?

Nuestros ovarios son del tamaño y forma de dos almendras (con cáscaras incluidas) de color blanquecino nacarado. En ellos todos los meses se les forma un folículo lleno de líquido, de unos 2 cm. de diámetro que protege la maduración de un óvulo hasta que se encuentra en plenas condiciones de poder dar origen a una nueva vida si es fecundado. Llegado este momento, se abre el folículo y el óvulo sale del ovario y es recogido por la trompa uterina que con sutiles movimientos le acompaña en su camino hacia el útero si ha sido fecundado o permite su reabsorción si no ha sido fecundado. Es la llamada OVULACIÓN que se da unos quince días antes de que la capa que ha ido recubriendo la cavidad del útero, el endometrio, se desprenda si no se ha iniciado un proceso de gestación de un nuevo pequeño ser, un embrión. De manera que tras la ovulación tendremos un EMBARAZO o una MENSTRUACION.

En ocasiones este proceso se da con algunas variaciones:

  • El hipotálamo, la hipófisis, son centros o glándulas que desde nuestro cerebro regulan diversas funciones de nuestro organismo, y entre estas funciones nuestro ciclo menstrual, las de nuestros ovarios.
    • En los primeros años de la pubertad y la adolescencia puede darse un tiempo de irregularidades hasta que va estableciéndose con más regularidad.
    • En situaciones de estrés, a cualquier edad se pueden dar las irregularidades porque nuestros sistemas de regulación hipotálamo-hipófisis-ovarios pueden estar requeridos también para más funciones, con lo cual pueden darse con facilidad alteraciones en el ritmo menstrual, que se recuperan tras el período de estrés de cualquier tipo (emocional, laboral, deportivo…).

 

Todo ello se traduce en el ovario en que algunos folículos no acaban de madurar y abrirse en un solo ciclo, sino que necesitan dos o tres y mientras tanto permanecen en el ovario de forma transitoria.

 

Si mientras permanecen en el ovario nos hacemos una ecografía, los veremos como huequitos negros y el ovario como una colmena con varias celdas. Los huequitos se ven negros porque están llenos de líquido y en ecografía los líquidos se ven negros y además en medicina es posible que les llamemos quistes, porque llamamos quiste a una cantidad de líquido pequeña o grande acumulada en alguna glándula (salival, mamaria, ovario…) del cuerpo. Esta imagen es la que nos da la posibilidad de hablar en términos médicos de ovarios poliquísticos.

 

¿Qué importancia puede tener todo ello?

Depende, sí, “depende”. “Depende” es para mí una palabra clave en medicina, en la observación o tratamiento de la mayoría de situaciones que se nos pueden presentar. Porqué la sintomatología que una persona pueda presentar no puede valorarse de la misma manera en todas las personas, en el caso que nos ocupa, el de los OVARIOS POLIQUÍSTICOS, puede presentarse de manera muy distinta en cada mujer.

En primer lugar deberemos ver cuales son los síntomas que presenta cada mujer, con que intensidad se presentan, con que periodicidad, a que edad, cual es el estado de salud general de esta mujer, que ha sucedido en su vida que haya propiciado que se desencadene en un momento dado…

 

La consulta de Estela se da porque algunas veces el personal sanitario precipita diagnósticos o hace comentarios bien desafortunados. Estela está iniciándose en el don de la fertilidad y lo hace poco a poco, éste puede ser su ritmo perfectamente y ser completamente fértil y tener hijos cuando lo desee. ¿Qué hacer? Dejar transcurrir el tiempo y respetar su ritmo. Para darnos cuenta de la variabilidad de los ritmos pensemos que hay criaturas que nacen con algún diente y otras que les sale cuando ya han cumplido un año. Y la calidad de su dentadura no dependerá de ello.

La misma respuesta valdría para una mujer de más edad que en un momento dado a causa de vivir alguna situación estresante (oposiciones, exámenes, competiciones, disgustos emocionales, laborales, viajes…) vive alteraciones de su ciclo (retrasos, pequeños sangrados…) y que en la visión de sus ovarios en una ecografía podemos observar folículos que permanecen sin abrir, esperando un balance hormonal favorable para que puedan desencadenar las ovulaciones habituales.

En estos casos podríamos concluir que si bien la imagen ecográfica puede ser la de unos OPQ, la sintomatología puede ser transitoria: reglas irregulares, ciclos largos o incluso ciclos cortos… y ello deberíamos entender que corresponde a nuestro ritmo o a la situación concreta que estamos atravesando.

Carmen viene a la consulta preocupada especialmente por un síntoma más concreto: el hirsutismo (o exceso de vello) en cara y pubis como lo más llamativo. Cuando la veo llegar observo también un cierto sobrepeso. Tiene 28 años. Todo ello lo apreciaba desde hace unos años pero hace dos años, cuando sufrió un engaño y la separación de su pareja, los síntomas empeoraron y ahora su aspecto la cohíbe para abrir nuevas relaciones sociales. Sus reglas son irregulares, pero eso no le preocupa. En su historia explica que un tiempo atrás tomó la decisión de abortar un embarazo no deseado.

 

La consulta de Carmen nos permite profundizar un poco más en el Síndrome de los Ovarios Poliquísticos -SOPQ-. Llamamos síndrome a un conjunto de síntomas que caracterizan una enfermedad. En cualquier enfermedad se pueden dar todos los síntomas o solamente algunos, pueden darse con mucha intensidad o muy levemente. Pueden iniciarse poco a poco, agravarse con el tiempo y cronificarse o pueden aparecer con más o menos intensidad tras vivir algún suceso que podamos calificar de desencadenante.

En el caso del SOPQ podemos encontrarnos con unos ciclos muy irregulares fruto de una alteración en las secreciones hormonales y de neurotransmisores del sistema hipotálamo-hipófisis-ovarios que implica que no se estén produciendo las ovulaciones mensuales con lo cual estamos delante de una infertilidad. Por ello encontraremos un aumento de unas hormonas y un descenso de otras. Como consecuencia puede darse una alteración en el metabolismo de la insulina y conducir a la mujer a una diabetes. Y también el disbalance hormonal puede llevar, junto a la obesidad a un aumento de la producción de hormonas masculinas que se traducirá en el desarrollo del hirsutismo.

Infertilidad, diabetes, obesidad e hirsutismo son los cuatro síntomas más comunes y propios del SOPQ.

En cada mujer con SOPQ se darán unos u otros o todos ellos con una intensidad distinta.

En una mujer se manifestarán desde los primeros años de la juventud, quizás levemente, en otras se iniciarán más tarde. En algunas se harán crónicos, en otras serán transitorios.

En el caso de Carmen, estuvo embarazada, significa que ha sido fértil. Y nota su agravación de los 26 a los 28 años. Ello nos dice que su inicio es reciente y además al comentarnos qué sucedió en su vida podemos relacionarlo con el evento traumático para ella del engaño y la separación, lo cual, según comenta supuso un sentimiento de desvalorización de su persona, que ahora puede empezar a nombrar.

Cuando se nos presentan unos síntomas, un síndrome, una enfermedad en mi parecer es muy importante hacerme la pregunta: “¿qué me dice esta enfermedad?” “¿qué es lo que estoy pidiendo a mi cuerpo que no puede sostener?” y por regla general alguna pista, alguna respuesta encontraremos.

Mi pequeña experiencia coincide con quienes entienden que cada persona tiene un sustrato físico con un diseño genético, pero cada día más se confirma que estas directrices genéticas están moduladas por un ambiente epigenético multifactorial con el que día a día la persona va configurando su personalidad, su estado de salud y de enfermedad física, psíquica, emocional y social.

La enfermedad no acostumbra a llegar sin avisar. En general son pequeños síntomas los que nos advierten de que algo no va bien. Si los ahogamos con analgésicos, antiinflamatorios, anti… porque lo importante es continuar con mi ritmo que no puedo/quiero parar, posiblemente algún día se nos presente la enfermedad. Si los síntomas los entendemos como advertencias de nuestro organismo para llamarnos la atención sobre algo que posiblemente esté excediendo nuestra capacidad, cambiaremos la mirada adversa hacia ellos y agradeceremos que nos hayan indicado la necesidad de algún cambio.

No siempre encontramos la respuesta y a veces encontrándola o intuyéndola no sabemos o no podemos o no se dan las condiciones para hacer los cambios que quizás podrían ser el remedio y entonces acudimos a contener y detener los síntomas y frenar el avance de la enfermedad si es posible con las medidas que encontramos en las alternativas que nos ofrece la medicina a la que podemos acceder, sea la alopática, la homeopatía, la acupuntura… o una combinación de todas ellas.

En el caso de Carmen está saliendo del choque, del bloqueo que le produjo la situación vivida, si ella se hace consciente de ello y busca un círculo de mujeres donde ser reconocida y animada a salir de nuevo al mundo exterior probablemente su eje hipotálamo-hipófisis-ovario, se relajará y recuperará su normalidad funcional, regulará su producción hormonal, su nivel de angustia y ansiedad disminuirá, con lo cual el componente de su obesidad debido al desorden en la comida compulsiva cederá al paso a una dieta depurativa y vital y al normalizarse todo ello el hirsutismo también irá cediendo.

La medicina oficial le ofrecerá hormonas anticonceptivas con el argumento de que van a poner en reposo sus ovarios, sí, impiden su función fisiológica que es ovular y producir las hormonas sexuales femeninas, estrógenos y progesterona, de una forma equilibrada. Pero mi consejo sería no obligarles a descansar impidiendo su función sino tratando de devolver el descanso, el equilibrio y el ritmo a todo el eje hipotálamo-hipófisis-ovarios poniendo conciencia en lo que me está pasando, iniciando una dieta depurativa y vital y ayudándome de algo más, aquello que sintonice más conmigo: naturopatía (crema de progesterona, ácidos grasos poliinsaturados, compresas de aceite de ricino, diversas plantas, sauzgatillo…), homeopatía…

Desde la medicina china, podemos profundizar en la práctica de la “respiración ovárica”.

Y tratando de encontrar un círculo de mujeres que me reconozcan y me puedan acompañar.

 

El caso de Belén es el de la mujer que desea un embarazo, pero tarda en llegar. Si acude a una consulta de infertilidad tras descartar causas orgánicas, físicas y la infertilidad de su pareja, se le aconsejará un tratamiento hormonal, en este caso dedicado a promover la ovulación. Al tratar este tema me gusta citar la curiosidad que se da en no tan escasas ocasiones de que cuando una pareja ha desistido ya de todo tipo de tratamientos… in vitro… y se dispone a realizar los trámites de una adopción, resulta que llega un embarazo espontáneo. ¿Por qué? ¡Son tantas las incógnitas para las que la medicina no tiene respuesta! Pero sí nos permiten pensar en que el tiempo, la tranquilidad, la relajación, el equilibrio tienen su función en nuestros organismos. Cuántos embarazos han venido tras unas vacaciones o al ceder determinados períodos de estrés de cualquier clase.

A Belén le aconsejaría en especial, que se detenga en observar su ciclo menstrual, que reconozca y escriba sus vivencias físicas y emocionales. Que tome diariamente su temperatura y observe su Curva de Temperatura Basal, CTB. Que observe las variaciones que hace su flujo vaginal a lo largo de un ciclo, que aprenda a distinguir con un pequeño microscopio el flujo de sus días fértiles. Que se reconozca, que se cuide, que se mime. Que escuche profundamente este deseo de maternidad.

En mi experiencia es muy importante el contacto, la sintonía con la enfermedad, y la intención de escucha y respeto hacia la sintomatología al mismo tiempo que la toma de medidas higiénicas (dieta, descanso, ejercicio, contacto con la naturaleza: aire libre de contaminación, mar, montaña…) para desintoxicar el organismo. El estrés (metabólico por comida “fast food”, laboral, competitivo-agresivo, emocional…) de cualquier tipo nos carga de toxinas y es muy importante darnos el alimento vital y el descanso necesario para que el cuerpo pueda desarrollar su capacidad de equilibrio, desintoxicación y sanación.

Si la escucha, el respeto, las medidas higiénicas y el descanso se dan me parece adecuado además buscar recursos externos del tipo que tengamos al alcance para minimizar la sintomatología, pero siempre que hayamos tomado conciencia de los cambios a realizar.

Eliminar los síntomas no significa curar la enfermedad y si la abortamos o extirpamos pero seguimos con los mismos conflictos, exigencias o estrés posiblemente la enfermedad brote de nuevo en la misma o en otra forma, en el mismo o en otro órgano.

En nuestro medio son pocos los casos graves o crónicos. En el supuesto de que los síntomas se presenten en forma aguda e intensa puede ser necesaria incluso la intervención médica y quirúrgica.

Con el deseo de haber puesto un poco de luz a algo tan vital como que nuestro cuerpo nos advierta de que en algo nos estamos excediendo, que algo no estamos cuidando y despertar una sensación de agradecimiento hacia las dificultades que nos orientan al cambio.

 

Autora: Dra. Montserrat Catalán Morera, ginecóloga y co-fundadora de la casa de partos «Migjorn», cerca de Barcelona, España. http://www.migjorn.net/

Montse participa en la formación «El Viaje de la Mujer Cíclica», en el Módulo de la Doncella sobre la ginecología holilstica y el auto-conocimiento de la fertilidad, y en el Módulo de la Anciana, sobre el duelo y la muerte.

 

Imagen: www.ilcerchiodellaluna.it/central_Femm_Utero.htm

 

Suscríbete

Haz clic aquí para suscribirte a Mujer Cíclica y recibir novedades e inspiración.

Te enviaremos nuestro eBook «Amo mis Ciclos» con un calendario para integrar las fases de la luna en tu vida y una introducción a la práctica del diagrama lunar.

14 Comentarios

  1. Yaret

    Excelente artículo, felicidades y gracias 🙂

    Responder
  2. Daisy

    Soy Daisy. Yo les puedo compartir mi experiencia yo tuve una pérdida espontanea hace 4 años. Con mi pareja tomamos la decisión de intentar tener un bebe hace 4 meses. Fui al ginecólogo y me realizaron un eco transvaginal. Ahí me detectaron ovarios poliquisticos. Ayer el doctor luego de cuatro meses de tratamiento con anticonceptivos y yo por mi parte bajando de peso, me dijo que ya no tengo quistes en los ovarios la nueva ecografía muestra que el tratamiento dio resultado. Puedo sugerir que no se centren en lo que leen sobre experiencias ajenas. Pues cada cuerpo es distinto. Lo importante es seguir el tratamiento que te indique el médico tal cual te lo prescribe, no estresarse con pensamientos negativos. El doctor ya me dió desde este mes tratamiento para poder concebir.

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Para seguir profundizando…

En honor a Mama Andrea Atekokolli

En honor a Mama Andrea Atekokolli

La semana pasada me enteré de que Mama Andrea Atekokolli, mujer medicina de la Patagonia y Ecuador alzo su vuelo a las estrellas y dejo su cuerpo físico. 
Quiero honrar su memoria en agradecimiento a su vida, sus enseñanzas, su legado… Agosto 2023.

Recuperar los ritos de paso femeninos

Recuperar los ritos de paso femeninos

Cuando entendemos que las transformaciones físicas de la menstruación, la maternidad y la menopausia son un viaje iniciático, se abre la puerta a una conexión íntima y verdadera con lo femenino sagrado.