Foto: Kirsti Abernethy 

Te comparto aquí uno de mis rituales preferidos para hacer con la luna nueva.

Cada luna nueva es como un campo fértil y oscuro, preparado para recibir nuestras semillas. Estos días en los que desaparece su luz, nos ayudan a mirar en nuestro interior y conectar profundamente con lo que anhelamos.

Te propongo que encuentres un espacio tranquilo para ir hacia dentro. Una vez en él puedes encender una vela y un incienso.

Ten presente algunas semillas (de girasol, de maíz…).

Coloca una mano encima de tu corazón y otra en tu matriz.

Siente la conexión entre ambas, mientras respiras lentamente.

Coge una semilla y colócala dentro de tus manos en forma de bol delante de tu matriz.

Conecta con una semilla que quieras plantar: un sueño, una cualidad tuya o algo que ofrecer, algo que deseas para el mundo. 

Si sientes claramente que hay más que un solo deseo, puedes coger varias semillas.

Cuando tengas clara tu intención, sube tus manos en forma de bol y tu semilla hacia tu corazón, bañando tu siembra con las cualidades del amor.

Extiende tus manos delante de ti, entregando y confiando esta semilla a la generosidad de la vida 

Confía en su camino, y en cómo va a florecer y crecer a su ritmo.

Vuelve a colocar tus manos encima de tu matriz y de tu corazón, agradeciendo a la luna nueva 

y a la generosidad de la vida que te acompaña.

Puedes dejar las semillas en tu altar durante un tiempo, o plantarlas en la tierra… 

Bendiciones para tus semillas.

Sophia.