Hoy, con la luna negra, sentí la necesidad de escribir e intentar poner palabras a lo que estoy viviendo internamente, de comprender algo, y no me salen… En cambio, cuando me acuesto encima de una roca y siento su calor y su sostén, la necesidad de palabras se disuelve completamente. Desde el silencio y el contacto directo con los elementos: tierra, agua, aire, sol… llega otro nivel de comprensión, y algo infinitamente sanador.
Acabo de abrir un libro de poemas y mis ojos se han llenado de lágrimas, al encontrar estas palabras de Nancy Wood:
“Mi ayuda está en la montaña
Donde me llevo a cicatrizar
Las heridas terrenales
Que el mundo infringe.
Encuentro una roca que tenga sol
Y un riachuelo en donde el agua corra suavemente
Y arboles que me acompañan uno por uno.
Entonces debo permanecer allí un largo rato
Hasta haber crecido de la roca
Hasta que la corriente corra a través de mí
Y que no me pueda diferenciar de un árbol alto.
Entonces sé que nada me toca.
Ni me hace escapar.
Mi ayuda está en la montaña
Que tomo y me llevo conmigo.»
Solo sé que me llama la naturaleza más que nunca en este momento.
Quiero agradecer a cada una de las que me habéis escrito personalmente en estos días, con tanta comprensión y conexión. Es también muy sanador saberse acompañada por otros seres sensibles, y que todo está bien.
Un abrazo de luna negra,
Sophia
Este poema es del libro “Earth Prayers from around the world”
Hermoso poema, sentí en mi piel cada palabra…gracias por compartirlo!