Entre Mundos
El Arquetipo de la Anciana está viva en nosotras cuando sabemos que no estamos separadas del mundo ni de lo divino… cuando sentimos claramente que el universo es más grande que nosotras… cuando viajamos más allá de la mente y sentimos el placer ecstático de ser cuerpo… plenamente presente… percibiendo todo lo que nos une… sabiendo que siempre podemos volver a la fuente…
Una manera preciosa para cultivar esta consciencia es ir afuera, a la naturaleza, y encontrar un lugar tranquilo. Haz lo que necesitas para “llegar”: céntrate en tu respiración, canta, mueve tu cuerpo… Lleva tu atención a un lugar en tu alrededor en donde ‘dos mundos’ se tocan, un punto de intercambio energético. Por ejemplo, el lugar en donde el sol toca una hoja, en donde la raíz penetra la tierra, donde tu respiración se encuentra con el aire… Explora ese borde de contacto, experimentando las cualidades permeables de lo que llamamos “materia solida”. Si todavía sientes que el medio ambiente está fuera de ti, prueba de aguantar tu respiración.
En estos momentos, podemos tocar la sabiduría de la Anciana, la que baila entre mundos, ni aquí, ni allá… las bendiciones del tiempo atemporal. Vuelve poco a poco, suavemente, a la percepción normal. O no vuelvas. ¡Tu decides!
Texto: Sophia Style, inspirada en una meditación de Jessica Montgomery (WeMoon 2001)
Hola,
Al mencionar la «sabiduría de la anciana» me he acordado instantáneamente del artículo que escribió Yve sobre conectar con el saber de nuestras antepasadas.
http://tataranietos.com/2014/01/27/que-tiene-que-ver-la-genealogia-con-la-ecologia
Felicidades por el blog!
Saludos!
Por cierto, cuando pone «No vuelvas», lo digo en el sentido de conscientemente cultivar esta conexión entre lo «mundano» y lo «divino» en el día a día – la unión de la cual nos hablan todas las tradiciones misticas. Que para mí tiene que ver con buscar la integración: los pies en la tierra y el alma conectado con la fuente…