contacto@mujerciclica.com

la Doncella

Cultivando la madre interna por Bethany Webster

El duelo por lo imperfecto, el encuentro con lo incondicional

Imagen: artista desconocida

Imagen: Shiloh Sophia McCloud

 

Si pensamos en nuestro desarrollo personal, la relación con nuestra madre sirve como patrón para la relación con nosotras mismas.

Como hijas, absorbimos de nuestra madre información sobre lo que sentía hacía ella misma, lo que sentía hacia nosotras, y lo que sentía hacia el mundo.

Aprendimos a tratarnos de la misma manera que nuestra madre se trató a ella misma.

Nuestra tarea como mujeres conscientes radica en transformar la madre interna dentro de nuestra psique creada a partir de nuestra madre biológica con sus limitaciones humanas en la madre que siempre necesitábamos y queríamos.

Podemos convertirnos en la madre que siempre queríamos –hacia nosotras mismas.

De esta manera, somos capaces de aceptar las limitaciones de nuestra madre externa, porque nuestra madre interna se convierte en la madre primaria con la que podemos contar, de formas en que quizás nunca hemos podido contar con nuestra madre externa.

Nuestra madre solo podía amarnos de la manera que podía amarse a ella misma.

En un momento dado, debemos enfrentar el hecho de que nuestra madre no pudo y no va a poder satisfacer nuestras necesidades de la manera que necesitábamos y queríamos. Esto significa pasar por un proceso de duelo. Un duelo por la forma en que tuvimos de compensar y sufrir la herida materna.

En el proceso de duelo, tenemos la oportunidad de darnos cuenta del hecho de que si nos sentimos amadas o abandonadas no fue por nuestra culpa. Sólo entonces podemos abandonar la lucha para demostrar nuestra valía en el mundo. En el proceso de duelo, también podemos tener compasión por nuestra madre y la carga que llevaba.

Al sanar tu madre interna, transformas tu vida más allá de lo que puedas imaginar.

Al confrontar este dolor, podemos darnos cuenta de que lo que pensábamos que era nuestro dolor es en realidad parte del dolor de nuestra madre que nosotras hemos llevado por amor. Ahora podemos elegir dejar esta carga. De esta manera, en lugar de atenuar nuestro sentimiento de culpa, podremos sentir la confianza en nuestros cuerpos y en nuestros corazones para así desarrollar un sentido de auténtica plenitud y amor propio.

Al convertirnos en la madre “suficientemente buena” para nosotras mismas, nos liberamos no sólo a nosotras mismas, sino también a todos aquellos que conforman nuestra vida.

Es un reto reconocer ante nosotras de que manera no fuimos amadas en nuestra relación con nuestra madre. Al recordar y ver lo cargada y abrumada que estaba pudimos pensar que éramos la fuente de su dolor. Esta “hija culpable” puede mantenernos estancadas. Una forma de liberar nuestra culpa es reconociendo la inocencia y legitimidad de nuestras necesidades infantiles. Es una forma de liberarnos de la vergüenza y bautizarnos a nosotras mismas en nuestra bondad y divinidad.

Una vez hemos atravesado el duelo por nosotras mismas, entonces podemos comenzar el duelo por nuestras madres y por todas las mujeres.

El duelo nos repone y nos fortalece.

Como mujeres, podemos sanar y darnos lo que nuestras madres no nos podían dar. Podemos convertirnos en nuestra propia fuente. El “dolor corporal” del colectivo femenino es sanado una a una. Y a medida que el dolor corporal femenino se cura, lo mismo ocurre con el dolor de la comunidad humana. Nuestra propia sanación no es sólo un regalo para nosotras mismas, también lo es para el mundo.

La herida de la madre es una gran oportunidad.

Conforme nos permitimos contactar con lo que se siente como un hambre antigua, inagotable para una madre inagotable, nos damos a luz a nosotras mismas en nuestra verdadera identidad – la matriz de luz- una fuente inagotable, desbordante de amor y abundancia que no depende de las circunstancias o condiciones. Entonces podemos vivir al servicio de lo que realmente somos- el amor mismo.

Autora: Bethany Webster.

Bethany Webster es escritora, coach y conferenciante… Se presenta a sí misma como una «comadrona del corazón» , y su trabajo se centra en ayudar a las mujeres a sanar la herida materna para poder desplegar todo el poder y potencial de cada una. Más información en su blog: http://womboflight.com

Texto original en inglés publicado en Elephant Journal

Traducción al español por: Sophia Style, Mónica Manso e Isabel Villanueva

Curso online

Las Cuatro Lunas en Mí

Próxima fecha de inicio: 13 de noviembre

 

Si quieres profundizar en la conexión con las fases de tu ciclo, la luna y en el conocimiento de los cuatro arquetipos femeninos, y descubrir cómo actúan en ti la Doncella, la Madre, la Chamana y la Anciana, para poder fortalecerlas y equilibrarlas de manera práctica e inspiradora, te invitamos a conocer nuestro curso online “Las Cuatro Lunas en Mí. Durante dos ciclos lunares (nueve semanas) recibirás en tu buzón videos, audios, textos inspiradores, propuestas de rituales y muchos recursos, y a través de un grupo privado de Facebook podrás conectar con otras mujeres que están haciendo o han hecho el mismo recorrido.

Suscríbete

Haz clic aquí para suscribirte a Mujer Cíclica y recibir novedades e inspiración.

Te enviaremos nuestro eBook «Amo mis Ciclos» con un calendario para integrar las fases de la luna en tu vida y una introducción a la práctica del diagrama lunar.

9 Comentarios

  1. María

    Gracias por compartir este trocito de sabiduría.
    Realmente clarificantes, sin duda, estas palabras. Me ayudan a confirmar la posibilidad de sanar la relación con mi madre, cambiando la relación conmigo misma. Una bendición esta enseñanza.
    Un abrazo y enhorabuena por vuestro proyecto tan lleno de amor 🙂
    María

    Responder
  2. Cristina

    Gracias, he experimentado una maravillosa visión donde el sometimiento callado a todas la mujeres del mundo llega a su fin.

    Responder
  3. Olivia

    Qué hermosas palabras. Como sanan el ir leyéndolas e incorporándolas en nuestro interior. Este texto es para leerlo y releerlo tantas veces sea necesario hasta que cale en lo mas hondo de nuestro interior y se de esa transformación y aceptación de nuestra madre que con su amor incondicional hizo las cosas de la mejor manera que supo y como nos transmitió toda su sabiduría con sus virtudes y sus limitaciones. Transcurrir por el camino del duelo es aceptar que aquello que habia o creíamos que había ya no lo hay. Pero sin las frustración ni el sentimiento de culpabilidad sino desde el amor mas profundo de sentir como mujeres adultas darnos aquello que necesitamos en nuestra infancia. Y agradecer a nuestras madres el hecho de habernos dado la vida. Que es lo mas grande y bello que puedan haber hecho por nosotras. Desde aquí le doy gracias a mi madre por haberme dado la vida. A la madre tierra por arroparnos con toda su belleza y su esplendor.

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Para seguir profundizando…

«La mujer sabia permite a la madre dar a luz por sí misma»

«La mujer sabia permite a la madre dar a luz por sí misma»

Acompañar, desde la tradición de la «mujer sabia», significa crear un espacio seguro, en donde una transformación profunda pueda ocurrir. Conoce nuestras formaciones online y presenciales para acompañar personas en sus momentos de transición.